HCH.26.15
Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
La persona de Jesús o Cristo, era una promesa conocida como el mesias, luego fue manifestado en carne, vivio entre los hombres, murio por el pecado de muchos, al tercer día resucitó y hoy esta a la distra de Dios, vivo, intercediendo por todos aquellos que creen en él, de corazón, le confiesan delante de los hombres y viven en él y por él...
Jesucristo
es la figura principal del cristianismo, nació en Belén de Judea. Jesús fue el Hijo de Dios encarnado y concebido por María, la mujer
de José, un carpintero de Nazaret. El nombre de Jesús se deriva de la palabra
hebrea Joshua, que completa es Yehoshuah (salvador); y el título de Cristo, de
la palabra griega christos, a su vez una traducción del hebreo mashiaj (‘el
ungido’), o Mesías. Los primeros cristianos emplearon Cristo por considerarle
el libertador prometido de Israel; más adelante, la Iglesia lo incorporó a su
nombre para designarle como redentor de toda la humanidad.
Las
principales fuentes de información sobre su vida se encuentran en los
Evangelios, la biblia. Las epístolas de san Pablo y el libro de los Hechos de
los Apóstoles también aportan datos interesantes.
En
compañía de sus discípulos, Jesús viajó a los pueblos y aldeas para proclamar
la llegada del Reino de Dios. Cuando los enfermos de cuerpo o espíritu se
acercaron a él en busca de ayuda, los curó con la fuerza de la fe.
Insistió
en el amor infinito de Dios por los más débiles y desvalidos, y prometió el
perdón y la vida eterna en el cielo a los pecadores siempre que su
arrepentimiento fuera sincero. La esencia de estas enseñanzas se encuentra en
el sermón de la montaña (Mateo 5,1-7), que contiene las bienaventuranzas
(5,3-12) y la oración del Padrenuestro (6,9-13).
El
énfasis de Jesús estuvo en la sinceridad moral más que en la observancia
estricta del ritual judío que enseñaban los fariseos, por la Ley, o Torá.
En el
mar de Galilea (Jn. 6,15-21), pronunció un sermón en el que se proclamó “pan de
la vida” (Jn. 6,35). Este sermón, que hace hincapié en la comunión espiritual
con Dios.
Los sermones que pronunció y los milagros que realizó
en esta época, en particular la resurrección de Lázaro en Betania (Jn.
11,1-44), además enseño a sus discípulos y demás personalidades que se
acercaban él: el amor al prójimo, el hacer buenas obras, honrar a nuestros
padres, evitar las palabras y conversaciones deshonrosas, ayudar a los
desvalidos y viudas, la deshonra que es para el hombre dejarse crecer el
cabello y a la mujer cortárselo, el orar por los dirigentes políticos y
autoridades, entre muchas otras ordenanzas para que el cristiano se diferenciara del resto del mundo, como su seguidor...
Además estableció directamente a sus discípulos la Cena del Señor
MT.26.26 al 28
Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo,
y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les
dio, diciendo: Bebed de ella todos;
porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que
por muchos es derramada para remisión de los pecados.
1 CO.11.24 al 26
y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo:
Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en
memoria de mí.
Asimismo tomó también la copa, después de haber
cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas
las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
Así, pues, todas las veces que comiereis este
pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
Y prometió a todo aquel que cree en él
LC.12.8
Os digo que todo aquel que me confesare delante
de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles
de Dios.
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