viernes, 29 de junio de 2012

¿POR QUÉ ME LLAMO CRISTIANO?

 HCH.11.26.
Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.

 HCH.26.28
Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano.

 1 P:4.16
pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.

Cada religión que se derivó desde los tiempos antiguos, ha buscado la forma de colocar su ideologia de una forma acepta delante de los hombres, no sabiendo que Dios nuestro creador por medio de Jesucristo nuestro salvador, dejó instrucciones claras a sus apostoles y además les asignó un consolador, el cual les encaminaria a toda verdad, de las cuales la primera seria SU NOMBRE,  el nombre del Señor Jesucristo y el de sus seguidores CRISTIANOS.

No quiero ser con esta publicación un tropezadero, ni un déspota que mide sin sentido la creencia del mundo, NO ASÍ QUIERO YO, ni nuestro Señor Jesucristo, más bien pretendo señalar a traves de los versículos de La Santa Palabra que Dios nos ha transferido desde la antiguedad, una luz que señale el camino correcto para los que queremos seguir las pisadas del Maestro; debemos buscar la verdad y no dejarnos llevar por todo viento de doctrina, DEBEMOS LLAMARNOS CRISTIANOS, nada más, así esta escrito, y por ende buscar la doctrina de Cristo, la que nos dejó a traves de sus discipulos, solo así haremos la voluntad de Dios.

MT.7.21
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
UNA PESADILLA PROGRESIVA.

 Como consecuencia del largo sueño espiritual en que el hombre en su pecado se ha sumido, los valores espirituales y morales declinan drásticamente. Hoy se atenta contra la vida de personalidades religiosas sin que interese su jerarquía, contra políticos y militares, contra ciudadanos de cualquier clase social, en cualquier lugar y a cualquier hora. El sádico y el ladrón hacen causa común, el secuestrador y el que estafa acechan, el especulador va de brazo con el avaro, el acomodado ve indiferente al pobre en su miseria. La anarquía ha pactado con la violencia y el mundo de las drogas cada día cobra nuevas dimensiones a pesar del esfuerzo para establecerle fronteras. Se invierten fabulosas sumas de dinero en armas súper poderosas, mientras el hambre se entrona.
 
Las naciones se lanzan a guerras fratricidas, entre tanto, otras se amenazan mutuamente, estas y muchas cosas más están a la vista y no pueden negarse, pero honestamente podemos preguntar: ¿Por qué todo esto? ¿No es el hombre una criatura inteligente, que puede enmendar su comportamiento? Decimos que su inteligencia es relativa ya que es capaz de pisar la luna, de construir los aparatos más sofisticados, transplantar con éxito el corazón y muchas cosas más, pero cuando se trata de buscar a Dios legítimamente, muestra su ignorancia extrema, buscándolo por variadas sendas y no por el camino único que revela la Biblia.

Millones se lanzan por la vía del ocultismo con sus variadas manifestaciones: en la astrología y su influencia (según ellos) en todo hombre, Cartomancia, (adivinación del futuro mediante cartas), Quiromancia (lectura de las manos), Onitomancia (por sueños), Radiestecia (pronóstico mediante vara o péndulo), Hipnotismo (para lograr datos por medio del psiquis, Mermerismo y su relación con magia blanca o negra, asimismo adoración a las almas de los difuntos, Hinduísmo, (la creencia en la reencarnación y otros conceptos), Budismo (la impermanencia o transmigración del alma: se nace, se vive, se muere para volver a vivir y esto eternalmente), el Satanismo (culto directo. y público a Satanás), o por la Cristiandad con mucha apariencia de piedad pero negando la eficacia de ella mediante sus hechos negativos, etc., etc,

Por estas sendas y otras, se encuentra el ser humano revelando así su ignorancia y su desprecio al verdadero camino, por donde puede salir de su innegable ruina, Nuestro Señor Jesucristo dijo: “Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida, nadie viene al Padre sino por mí”, y dice el Espíritu Santo: “La sangre de Jesucristo, su Hijo (de Dios) nos limpia de todo pecado” (Evang. según San Juan 14:6, j9 Juan 1:7).

De modo que en Jesucristo nuestro Señor tenemos el único camino, y en su sangre, el único remedio contra el pecado, y en consecuencia la libertad gloriosa de esta larga cadena de maldad que constituyen esta progresiva pesadilla que vive actualmente la humanidad. Por lo tanto, Dios te dice: “Despiértate tú que duermes y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo”.


Autor: H. Gil R.                 Edición y Montaje: Obed Medina.
¿HACIA DONDE VAS?
 Sin duda que en los últimos tiempos, la vida de cada ser humano se ha convertido en un ir y venir. Es angustioso ver en las grandes capitales, en los grandes centros, en los terminales de pasajeros, en aeropuertos nacionales e internacionales, gran cantidad de personas preocupadas.

 Si uno preguntara a cada una de estas personas: ¿A dónde vas? cada uno resultaría tener un rumbo distinto. Esto nos recuerda las palabras de Salomón en el libro de los proverbios: ‘Hay camino que al hombre parece derecho, pero su fin es de muerte” (Proverbios 14:12).

Todos los años salen del Terminal del Nuevo Circo en Caracas, Venezuela, millones de personas. Algunos piensan visitar a sus familiares, otros, para disfrutar un poco de las cosas de este mundo, otros, con el deseo de descansar. Muchos, sin embargo, no logran lo que se habían propuesto por haberlos sorprendido la muerte en el viaje. Ninguno ignora que cada día ocurren más accidentes y más muertes.

Todo esto nos hace pensar en los días del Señor Jesucristo cuando dijo: “Tengo compasión de las gentes, porque los veo como ovejas que no tienen pastor” (Marcos 6:34). Sin embargo, él mismo dilo:

 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11). Es en él en quien debemos poner toda nuestra confianza y él nos trazará un rumbo seguro para nuestra vida.

 Nos preguntamos los que leemos la Biblia: ¿qué hubiera pasado con el pueblo de Israel, cuando peregrinaron por el desierto de Egipto hacia la tierra de Canaán, si en el desierto no había posibilidad de subsistencia? Fue Dios mismo quien los guió durante 40 años, dándoles alimento y todo lo necesario para aquella travesía. Llegando al fin a la tierra a la cual iban.

De la misma manera, hoy día la humanidad cuenta con un perfecto guía. El Señor Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).

Si tú no tienes esa experiencia de haber encontrado ese camino y de andar por él, entonces permíteme decirte que tú estás perdido. Y es precisamente en esa condición como Dios te vé. El Señor Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados que yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

El Señor Jesús derramó su preciosa sangre con la que te puede limpiar de tus pecados y amistarte con Dios, poniéndote en el camino de la vida que te llevará a su presencia gloriosa. Así podrás cantar con nosotros:

A la tierra marchamos do viven los santos
En gozo y gloria y honra inmortal.
Y tú que te sientes del mal oprimido,
Oh, di ¿quieres ir al Edén celestial?



Autor: Fausto Barroso.                 Edición y Montaje: Obed Medina.